**Conocer aquí presentaciones a nivel internacional
equilibrio hormonal femenino
antioxidantes potentes
salud hormonal
bienestar femenino
fitoestrógenos naturales
Un suplemento nutricional enfocado a la salud de la mujer, nutrición para la función hormonal: vitalidad, fertilidad y función ideal del ciclo menstrual. La salud de las hormonas femeninas también favorecen el cabello, la uñas, la piel y toda la belleza natural.
Es un suplemento alimenticio que combina extracto de semilla de uva, flor de lúpulo y soya. Componentes exclusivos que ofrecen, antioxidantes, flavonoides, fitoestrógenos, e isoflavonas para la función hormonal, el bienestar y la salud de la mujer en todas sus etapas. Además, está enriquecido con vitaminas A, E, K, C y D, y minerales esenciales para ella como: calcio, ácido fólico y zinc.
por que nutre la belleza natural? recuerda que tus hormonas femeninas hacen que te pongas bonita y darle nutrición especial a esta parte de tu salud, favorece esa función natural.
Proporciona bienestar y vitalidad, Usa OML FEM como:
Nutrición de tu belleza natural
Nutrición premium para la mujer
Cuidado personal
Cuidado de la piel
Nutrición para cualquier edad de la mujer
Nutrición de la función saludable del ciclo menstrual.
Nutrición en caso de no Fertilidad: por problemas con la función hormonal
Reparación celular
Plan nutricional
Nutrición adecuada en caso de miomas y quistes
Nutrición adecuado en caso de ovario poliquístico
Experiencias nutricionales
Obtén código para comprar desde la tienda de distribución de la marca
Compra por llamada o en linea.
Beneficios del OML FEM
Extracto de flor de lúpulo
El extracto de flor de lúpulo es un ingrediente natural apoya a la regulación hormonal. El lúpulo contiene fitoestrógenos, compuestos que actúan de manera similar al estrógeno en el cuerpo, lo que puede ayudar a equilibrar los niveles hormonales en todas las etapas de la mujer. Además, sus propiedades sedantes suaves pueden contribuir a reducir el insomnio y la ansiedad, ayudando a mejorar la calidad del sueño y a reducir la tensión nerviosa y el alivio de los síntomas asociados a la mujer mayor.
Este extracto también destaca por su acción antioxidante, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres, lo que es esencial para el envejecimiento saludable y el apoyo al sistema cardiovascular. El uso del extracto de flor de lúpulo como parte de un enfoque integral para el bienestar femenino puede ser una herramienta valiosa para promover el equilibrio y la salud a largo plazo. En la salud ósea, por ejemplo el lúpulo puede complementar otras estrategias nutricionales, contribuyendo a mantener una buena densidad ósea, fundamental en la prevención de la osteoporosis.
Extracto de soja
El extracto de soja es una fuente rica en isoflavonas, compuestos naturales con efectos similares a los estrógenos, lo que lo convierte en un aliado clave para la salud femenina. Las isoflavonas actúan como fitoestrógenos, ayudando a regular el equilibrio hormonal en cualquier etapa de la mujer.
Es beneficioso para la salud de la piel, gracias a su capacidad para mejorar la elasticidad y la hidratación cutánea, y al ser rico en fitoestrógenos y antioxidantes, la soja contribuye a la regeneración celular y al mantenimiento de una piel más firme y joven, ayudando a contrarrestar los efectos visibles del envejecimiento.
Esta propiedades antioxidantes protegen las células del daño causado por los radicales libres contribuyendo al envejecimiento saludable, y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardiovasculares. Los antioxidantes presentes en la soja también mejoran la circulación y reducir los niveles de colesterol malo (LDL), lo que es esencial para mantener un corazón sano.
Este equilibrio puede aliviar también los síntomas de la mujer mayor proporcionando una alternativa natural a las terapias hormonales tradicionales, Además, el extracto de soja apoya la salud ósea, ya que la disminución de los niveles de estrógeno en las mujeres puede llevar a una pérdida acelerada de masa ósea. Los fitoestrógenos presentes en la soja ayudan a mantener la densidad ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis y fracturas en la mujer adulta.
Extracto de semilla de uva
El extracto de semilla de uva es un potente aliado para la salud femenina, gracias a su alto contenido en antioxidantes, principalmente flavonoides y proantocianidinas, que desempeñan un papel clave en la protección celular frente al estrés oxidativo. Este compuesto natural ha sido objeto de numerosos estudios por sus propiedades antiinflamatorias, cardiovasculares y de apoyo en el equilibrio hormonal, lo que lo convierte en un complemento ideal para el bienestar integral de la mujer.
Uno de los aspectos más destacados del extracto de semilla de uva es su capacidad para mejorar la circulación sanguínea. Esto es especialmente relevante en el contexto de la salud hormonal femenina, ya que una mejor circulación puede influir positivamente en la regulación del ciclo menstrual y aliviar síntomas asociados con desequilibrios hormonales, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), los miomas uterinos y los quistes ováricos.
Además, las propiedades antioxidantes del extracto de semilla de uva contribuyen a la protección de la piel frente a los daños causados por los radicales libres, lo que favorece una piel más saludable y juvenil. También se le atribuyen beneficios en la prevención de la caída del cabello, la mejora de la elasticidad de la piel y el fortalecimiento de las uñas, aspectos que son especialmente importantes para las mujeres que desean mantener su belleza natural.
Este extracto también ha sido estudiado por su capacidad para reducir la inflamación sistémica, lo que puede ser útil en condiciones inflamatorias crónicas que afectan a muchas mujeres, como la endometriosis y la artritis. Además, su acción como vasodilatador ayuda a regular la presión arterial y a mejorar la función cardiovascular, áreas clave para la salud femenina en todas las etapas de la vida.
El extracto de semilla de uva no solo ofrece beneficios para la salud hormonal y el bienestar general de la mujer, sino que también promueve la salud cardiovascular, la belleza natural y la protección celular, convirtiéndose en un complemento esencial dentro de un enfoque integral de salud femenina.
Apoyo en la pérdida de peso: al mejorar el metabolismo y reducir la acumulación de grasa corporal, además aumenta la densidad mineral ósea, importante para prevenir osteoporosis, especialmente en mujeres mayores.
Acido fólico
El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial para la salud femenina, especialmente valorado por su papel en la síntesis del ADN, la formación de glóbulos rojos y la reparación celular. Este compuesto es vital no solo para mujeres en edad fértil, sino para todas las etapas de la vida, debido a sus amplios beneficios que impactan la función celular, el bienestar hormonal y el equilibrio general del organismo.
Uno de los roles más conocidos del ácido fólico es su importancia durante el embarazo. El consumo adecuado de ácido fólico antes y durante el embarazo ayuda a prevenir defectos del tubo neural en el feto, como la espina bífida, y es crucial para el desarrollo saludable del sistema nervioso del bebé. Sin embargo, sus beneficios van más allá de la maternidad. En mujeres en edad reproductiva, el ácido fólico contribuye a la regularidad del ciclo menstrual, favoreciendo la ovulación y mejorando las probabilidades de concepción, lo que lo convierte en un nutriente clave en casos de problemas de fertilidad.
Además de su relevancia en la salud reproductiva, el ácido fólico desempeña un papel fundamental en la salud cardiovascular. Ayuda a reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido que, en exceso, puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. En este sentido, el ácido fólico actúa como un protector cardiovascular, contribuyendo a la prevención de condiciones como la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, que pueden tener un impacto considerable en la salud femenina, especialmente durante la menopausia.
El ácido fólico también apoya la salud mental y emocional de la mujer. Su influencia en la producción de neurotransmisores, como la serotonina, lo convierte en un nutriente importante para la regulación del estado de ánimo y la prevención de trastornos como la depresión, que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Además, en etapas como la perimenopausia y la menopausia, donde los desequilibrios hormonales pueden influir en el bienestar mental, mantener niveles adecuados de ácido fólico puede ayudar a mitigar los cambios de humor y la fatiga.
Por otro lado, el ácido fólico favorece la renovación celular y el metabolismo energético, promoviendo una piel más sana y radiante, y un cabello fuerte y saludable. Esto es especialmente relevante para las mujeres, quienes a menudo buscan mantener su belleza natural a lo largo del tiempo.
El ácido fólico, desempeña un papel crucial en la salud humana, especialmente en la producción de glóbulos rojos. Su importancia en este proceso ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, una afección caracterizada por la formación de glóbulos rojos grandes e ineficaces, que puede dar lugar a síntomas como debilidad y fatiga. Al garantizar un nivel adecuado de ácido fólico en el organismo, se fomenta la producción óptima de glóbulos rojos, lo que contribuye a mantener la energía y el bienestar general.
Además, el ácido fólico es fundamental para la síntesis y reparación del ADN y el ARN, lo que resulta vital para el crecimiento y la división celular. Este proceso es importante para la mujer y durante el embarazo y la infancia, ya que asegura que las células se reproduzcan correctamente y que el material genético se mantenga intacto. Una ingesta adecuada de ácido fólico apoya la salud celular y la función normal del organismo, al contribuir a la salud del ADN.
Vitamina A
La vitamina A es un micronutriente esencial para la salud femenina, con una amplia gama de beneficios que impactan desde la visión hasta la función inmunológica y la regeneración celular. Como un potente antioxidante, la vitamina A es clave para mantener el bienestar general de la mujer a lo largo de todas las etapas de su vida, contribuyendo a la salud reproductiva, la belleza natural y la protección frente a enfermedades crónicas.
Uno de los roles más importantes de la vitamina A es su función en el mantenimiento de la visión. Este nutriente es esencial para la salud ocular, ya que forma parte de la rodopsina, una proteína que permite a los ojos adaptarse a la luz baja y nocturna. Además, la vitamina A protege la córnea y la superficie ocular, lo que es fundamental para prevenir problemas como la sequedad ocular y la degeneración macular, afecciones que tienden a incrementarse con la edad.
La salud de la piel es otro aspecto que se beneficia del consumo adecuado de vitamina A. Este nutriente estimula la producción de colágeno, una proteína clave para la elasticidad y firmeza de la piel, ayudando a reducir los signos del envejecimiento como arrugas y manchas. Además, la vitamina A apoya la regeneración celular y la renovación de tejidos, lo que es esencial para combatir problemas como el acné, la piel seca o irritada, y para mejorar la apariencia general de la piel. Esta función regenerativa también contribuye a fortalecer el cabello y las uñas, promoviendo una belleza natural y saludable.
En términos de salud reproductiva, la vitamina A juega un papel crucial en la regulación del ciclo menstrual y el mantenimiento de la fertilidad. Es vital para la diferenciación celular en los órganos reproductivos y apoya el desarrollo adecuado del feto durante el embarazo, siendo indispensable para la formación de los pulmones, corazón, riñones y otros órganos del bebé. Además, la vitamina A es importante para la producción de hormonas sexuales, como el estrógeno, lo que la convierte en un nutriente esencial para el equilibrio hormonal en todas las etapas de la vida, desde la pubertad hasta la menopausia.
La vitamina A también refuerza el sistema inmunológico, lo que es particularmente relevante para las mujeres, quienes son más susceptibles a ciertas infecciones en etapas como el embarazo o la menopausia. Este nutriente promueve la producción y función de los glóbulos blancos, que son las defensas del cuerpo frente a infecciones, y fortalece las mucosas en los pulmones, intestinos y tracto urinario, que actúan como barreras contra los patógenos.
Además, la vitamina A desempeña un papel importante en la salud ósea, ya que contribuye a la correcta absorción y utilización del calcio, lo que es crucial para prevenir la osteoporosis, una afección que afecta desproporcionadamente a las mujeres, especialmente después de la menopausia.
Vitamina C
La vitamina C, o ácido ascórbico, es un nutriente fundamental para la salud femenina, con potentes propiedades antioxidantes que influyen en múltiples sistemas del cuerpo. Desde el refuerzo del sistema inmunológico hasta su impacto en la salud de la piel, la absorción de hierro y la prevención de enfermedades crónicas, la vitamina C desempeña un papel integral en el bienestar de la mujer, apoyando su vitalidad en todas las etapas de la vida.
Uno de los beneficios más destacados de la vitamina C es su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico. Esta vitamina promueve la producción de glóbulos blancos, los cuales son esenciales para combatir infecciones y patógenos. Además, su acción antioxidante protege a las células del daño causado por los radicales libres, contribuyendo a reducir la inflamación y el riesgo de infecciones recurrentes, lo que es particularmente útil para las mujeres en etapas de mayor vulnerabilidad inmunológica, como durante el embarazo o la menopausia.
La vitamina C también es conocida por su papel esencial en la síntesis de colágeno, una proteína que mantiene la estructura y firmeza de la piel, las articulaciones y los vasos sanguíneos. Para la salud femenina, este aspecto es especialmente relevante, ya que una producción adecuada de colágeno ayuda a prevenir los signos visibles del envejecimiento, como arrugas y pérdida de elasticidad, al tiempo que mejora la apariencia de la piel, manteniéndola suave y luminosa. Además, la vitamina C contribuye a la cicatrización de heridas y a la regeneración celular, lo que es crucial para mantener una piel sana y resistente a las agresiones externas.
Otro aspecto fundamental de la vitamina C es su capacidad para mejorar la absorción de hierro, un mineral esencial para la producción de hemoglobina y la prevención de la anemia. Este beneficio es particularmente importante para las mujeres, quienes, debido a la menstruación, son más susceptibles a la deficiencia de hierro. La ingesta adecuada de vitamina C puede ayudar a reducir el riesgo de anemia, mejorar los niveles de energía y reducir la fatiga, aspectos clave para el bienestar femenino diario.
Además, la vitamina C actúa como un potente antioxidante, protegiendo a las células del daño oxidativo que contribuye al envejecimiento prematuro y al desarrollo de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares. Este nutriente ayuda a mantener la elasticidad de las arterias, lo que mejora la circulación sanguínea y protege el corazón, un factor crucial para las mujeres en etapas de transición hormonal, como la menopausia, cuando el riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta significativamente.
La salud ósea es otro aspecto que se beneficia de la vitamina C. Su capacidad para estimular la producción de colágeno en los huesos, junto con su efecto antioxidante, contribuye a mejorar la densidad ósea y a prevenir la osteoporosis, una afección que afecta de manera desproporcionada a las mujeres, especialmente después de la menopausia. Además, la vitamina C favorece la absorción de calcio, optimizando la salud de los huesos a largo plazo.
Finalmente, la vitamina C apoya el equilibrio hormonal y el bienestar emocional. Su influencia en la síntesis de neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, la convierte en un nutriente clave para mejorar el estado de ánimo y combatir el estrés, la ansiedad y la depresión, que pueden afectar de manera significativa a las mujeres, especialmente en momentos de cambios hormonales.
Vitamina E
La vitamina E es un nutriente liposoluble esencial para la salud femenina, conocido por sus poderosas propiedades antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo. A lo largo de la vida de la mujer, la vitamina E juega un papel fundamental en la preservación de la salud celular, la belleza de la piel, el equilibrio hormonal y la protección contra enfermedades crónicas. Su acción integral hace que sea una vitamina clave para el bienestar femenino en diversas etapas, desde la juventud hasta la menopausia.
Uno de los roles más importantes de la vitamina E es su capacidad para combatir el estrés oxidativo, un proceso que contribuye al envejecimiento prematuro y a una serie de enfermedades crónicas. Al neutralizar los radicales libres, la vitamina E protege las células de daños que pueden afectar la salud cardiovascular, ocular y de la piel. Esto es particularmente importante para las mujeres, ya que a medida que envejecen, su piel y su sistema cardiovascular se vuelven más vulnerables al estrés oxidativo y a la inflamación.
Para la salud de la piel, la vitamina E es especialmente beneficiosa. Este nutriente promueve la regeneración celular y mejora la capacidad de la piel para retener la humedad, lo que ayuda a mantenerla hidratada, suave y elástica. Además, la vitamina E actúa como un escudo natural frente a los daños causados por los rayos ultravioleta y otros factores ambientales, como la contaminación. Esto la convierte en un aliado para prevenir el envejecimiento prematuro, reducir la aparición de arrugas y manchas, y mejorar la apariencia general de la piel. En las mujeres, esta vitamina también se asocia con una piel más luminosa y saludable, lo que contribuye a la belleza natural y al bienestar estético.
La vitamina E también tiene un impacto directo en el equilibrio hormonal femenino. Actúa como un regulador de las hormonas sexuales, como el estrógeno y la progesterona, lo que es crucial para mantener un ciclo menstrual regular y saludable. Durante la menopausia, cuando los niveles de estas hormonas disminuyen, la vitamina E puede ayudar a aliviar los síntomas relacionados con los cambios hormonales, como los sofocos, la sequedad vaginal y las alteraciones del estado de ánimo. Su capacidad para reducir la inflamación también la hace útil para mitigar los síntomas premenstruales (SPM), mejorando el bienestar general durante esta etapa del ciclo.
Otro aspecto clave de la vitamina E es su papel en la salud cardiovascular. Este nutriente ayuda a mejorar la circulación y protege las paredes arteriales, lo que contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares, que son una de las principales causas de morbilidad en mujeres, especialmente después de la menopausia. Al inhibir la oxidación del colesterol LDL ("malo"), la vitamina E ayuda a reducir el riesgo de arteriosclerosis y otras afecciones relacionadas con el corazón.
La vitamina E también influye en la salud reproductiva y el sistema inmunológico. En mujeres en edad fértil, este nutriente es importante para mantener la fertilidad y el funcionamiento adecuado de los órganos reproductivos. Además, su efecto antioxidante refuerza el sistema inmunológico, protegiendo al cuerpo contra infecciones y enfermedades autoinmunes. Esto es especialmente relevante para mujeres embarazadas, ya que la vitamina E contribuye al desarrollo adecuado del feto, protegiendo las células en crecimiento del daño oxidativo.
En cuanto a la salud del cabello, la vitamina E promueve la circulación en el cuero cabelludo, lo que favorece el crecimiento de un cabello más fuerte y saludable, al mismo tiempo que reduce la caída. Esto es un beneficio significativo para aquellas mujeres que experimentan pérdida de cabello relacionada con el envejecimiento o los desequilibrios hormonales.
Vitamina K
La vitamina K es un micronutriente esencial para la salud femenina, conocido principalmente por su papel crucial en la coagulación sanguínea y la salud ósea. Sin embargo, sus beneficios van más allá, ya que también contribuye al equilibrio cardiovascular, al metabolismo celular y al bienestar general en diversas etapas de la vida de la mujer, desde la juventud hasta la menopausia.
Uno de los roles más importantes de la vitamina K es su función en la coagulación de la sangre. Esta vitamina es necesaria para la activación de las proteínas que permiten la correcta coagulación, ayudando al cuerpo a detener el sangrado después de una herida o lesión. Para las mujeres, especialmente durante la menstruación, la vitamina K es fundamental, ya que una deficiencia de esta vitamina podría causar períodos más largos o más intensos, lo que podría llevar a la fatiga o incluso a la anemia. Además, para las mujeres que se someten a cirugías, la vitamina K es vital para asegurar una adecuada cicatrización y recuperación.
La vitamina K también desempeña un papel esencial en la salud ósea, un aspecto de gran relevancia para la mujer a lo largo de su vida, especialmente en la menopausia. La vitamina K ayuda a regular el calcio en el cuerpo, asegurando que este mineral se almacene en los huesos en lugar de acumularse en las arterias. Este proceso es mediado por una proteína llamada osteocalcina, que depende de la vitamina K para activarse y desempeñar su función de fortalecer la matriz ósea. Esto es crucial para prevenir la osteoporosis, una enfermedad que afecta de manera desproporcionada a las mujeres después de la menopausia, cuando la disminución de los niveles de estrógeno puede conducir a una pérdida acelerada de densidad ósea. Consumir suficiente vitamina K, junto con otros nutrientes como el calcio y la vitamina D, es clave para mantener la fortaleza de los huesos y reducir el riesgo de fracturas.
En cuanto a la salud cardiovascular, la vitamina K también juega un papel fundamental. Esta vitamina ayuda a prevenir la calcificación arterial, un proceso en el cual el calcio se acumula en las paredes de las arterias, reduciendo su elasticidad y aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Al activar la proteína Gla de la matriz, que inhibe la deposición de calcio en los vasos sanguíneos, la vitamina K promueve una mejor circulación y protege contra la arteriosclerosis. Esto es especialmente relevante para las mujeres en la postmenopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Mantener niveles adecuados de vitamina K puede ser un factor protector importante para la salud del corazón.
Otro beneficio clave de la vitamina K es su contribución al bienestar celular y a la reducción de la inflamación. Al actuar como un cofactor en las reacciones que modulan el crecimiento celular y la apoptosis (muerte celular programada), la vitamina K puede ayudar a proteger las células del daño oxidativo y reducir los niveles de inflamación crónica, un factor que contribuye a diversas enfermedades, incluidas las afecciones inflamatorias y autoinmunes que afectan desproporcionadamente a las mujeres.
En el contexto de la piel, la vitamina K también ofrece beneficios. Se ha demostrado que esta vitamina ayuda a mejorar la cicatrización de la piel, reducir la aparición de ojeras y minimizar las marcas y las manchas, lo que contribuye a una piel más uniforme y saludable. Esto es particularmente útil para mujeres que buscan mejorar la apariencia de su piel, ya sea para reducir la hinchazón alrededor de los ojos o mejorar la cicatrización postoperatoria.
Por último, la vitamina K puede desempeñar un papel importante en la salud del cerebro y la cognición. Algunos estudios sugieren que este nutriente está involucrado en el metabolismo de los esfingolípidos, un tipo de grasa que forma parte de las membranas de las células nerviosas. Aunque la investigación en esta área es aún emergente, se ha encontrado que las personas con niveles adecuados de vitamina K tienen mejor función cognitiva a lo largo de los años, lo que sugiere que esta vitamina podría tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Calcio
El calcio es uno de los minerales más esenciales para la salud femenina, desempeñando un papel crucial en una amplia variedad de funciones biológicas, desde la salud ósea y dental hasta la contracción muscular y la transmisión nerviosa. A lo largo de todas las etapas de la vida, el calcio es fundamental para mantener la estructura y fortaleza de los huesos, prevenir enfermedades crónicas como la osteoporosis y asegurar el correcto funcionamiento de múltiples sistemas del cuerpo.
Uno de los beneficios más destacados del calcio es su impacto en la salud ósea. Durante la infancia y la adolescencia, el calcio es esencial para el desarrollo adecuado de los huesos, y su consumo adecuado permite la formación de una estructura ósea fuerte y densa. En la edad adulta, el calcio sigue siendo crucial para mantener la densidad ósea, particularmente en las mujeres, quienes, debido a cambios hormonales, como la disminución de estrógenos durante la menopausia, son más susceptibles a la pérdida de masa ósea. Este declive en los niveles hormonales puede llevar a la osteoporosis, una enfermedad que provoca fragilidad ósea y un mayor riesgo de fracturas, afectando de manera desproporcionada a las mujeres. Por ello, garantizar una ingesta adecuada de calcio, junto con la vitamina D, es vital para prevenir la desmineralización ósea y preservar la salud estructural de los huesos.
Además de su papel en la salud ósea, el calcio desempeña una función esencial en la contracción muscular. Los músculos, incluidos los del corazón, dependen del calcio para contraerse correctamente. Una deficiencia de este mineral puede provocar calambres musculares, debilidad e incluso arritmias cardíacas. En las mujeres, mantener un nivel adecuado de calcio es particularmente importante para la salud cardiovascular, ya que ayuda a regular la presión arterial y contribuye a la relajación y contracción de los vasos sanguíneos, favoreciendo una circulación saludable.
El calcio también es fundamental para la transmisión de los impulsos nerviosos, ya que actúa como un mediador en la liberación de neurotransmisores, permitiendo que las señales eléctricas viajen entre las neuronas. Esta función es esencial no solo para el correcto funcionamiento del cerebro, sino también para la coordinación muscular y la respuesta del sistema nervioso a diferentes estímulos. En la salud femenina, el calcio ayuda a estabilizar el sistema nervioso, lo que puede tener un impacto positivo en la regulación del estado de ánimo, especialmente durante períodos de fluctuaciones hormonales como el síndrome premenstrual (SPM) y la menopausia.
Otro aspecto clave del calcio es su papel en la coagulación de la sangre. Este mineral es necesario para la activación de ciertos factores de coagulación, lo que permite que el cuerpo responda de manera adecuada a las heridas y lesiones, evitando hemorragias excesivas. Aunque la mayoría de las personas no tienen deficiencias severas de calcio en este sentido, una ingesta insuficiente a largo plazo puede afectar el proceso de coagulación y aumentar el riesgo de problemas hemorrágicos.
Durante el embarazo y la lactancia, la necesidad de calcio aumenta significativamente. En estas etapas, el calcio es vital para el desarrollo adecuado del esqueleto del feto, y si la madre no tiene una ingesta suficiente, el cuerpo extraerá el calcio necesario de sus propios huesos, lo que puede aumentar su riesgo de desarrollar osteoporosis en el futuro. Asimismo, durante la lactancia, se requiere calcio adicional para asegurar una producción adecuada de leche materna y para mantener la salud ósea de la madre.
En cuanto a la salud dental, el calcio también juega un papel crucial en la formación y el mantenimiento de dientes fuertes. Ayuda a prevenir la desmineralización del esmalte dental, que puede conducir a la aparición de caries y otros problemas dentales. Para las mujeres, mantener una ingesta suficiente de calcio no solo es importante para la salud ósea, sino también para garantizar dientes saludables y fuertes a lo largo de su vida.
Magnesio
El magnesio es un mineral esencial para la salud femenina, implicado en más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo, que afectan la función muscular, la salud cardiovascular, la regulación del sistema nervioso y el equilibrio hormonal. Su papel es fundamental para el bienestar físico y emocional de la mujer, desde el ciclo menstrual y el embarazo hasta la menopausia. Este micronutriente contribuye a la prevención de enfermedades crónicas, la reducción del estrés y la mejora de la calidad del sueño, lo que lo convierte en un aliado clave para mantener la vitalidad en cada etapa de la vida femenina.
Uno de los roles más importantes del magnesio es su función en el mantenimiento de la salud ósea. Junto con el calcio y la vitamina D, el magnesio es crucial para la formación y mantenimiento de la densidad ósea. En mujeres, este aspecto es especialmente relevante debido a que, con el paso del tiempo y en especial después de la menopausia, la pérdida de masa ósea se acelera, incrementando el riesgo de osteoporosis. El magnesio facilita la absorción del calcio en los huesos y regula el metabolismo del paratormona, la hormona responsable de la homeostasis del calcio, lo que lo convierte en un elemento esencial para la prevención de la fragilidad ósea y fracturas.
El magnesio también tiene un papel crítico en la regulación de la función muscular y nerviosa. Este mineral actúa como un relajante natural de los músculos, ayudando a prevenir calambres, tensiones musculares y espasmos, que pueden ser particularmente problemáticos en mujeres activas o en aquellas que experimentan cambios hormonales significativos durante el ciclo menstrual o el embarazo. Además, el magnesio mejora la transmisión de impulsos nerviosos, promoviendo una respuesta adecuada del sistema nervioso, lo que puede contribuir a reducir la irritabilidad y el estrés, dos factores que a menudo afectan a las mujeres durante el síndrome premenstrual (SPM).
Hablando del ciclo menstrual, el magnesio juega un papel importante en el alivio de los síntomas del SPM, como calambres, retención de líquidos, cambios de humor y fatiga. Estudios han mostrado que las mujeres con niveles bajos de magnesio son más propensas a experimentar síntomas severos de SPM. El magnesio, al relajar los músculos uterinos, puede ayudar a disminuir los cólicos menstruales y, debido a sus propiedades antiinflamatorias, contribuye a aliviar otros malestares asociados. Su capacidad para equilibrar los niveles de serotonina también puede ser beneficiosa para mitigar la irritabilidad y los cambios emocionales que acompañan al SPM.
El magnesio también es esencial para la salud cardiovascular, ya que regula la presión arterial, promueve la relajación de los vasos sanguíneos y previene la calcificación de las arterias. Esto es de especial importancia para las mujeres, especialmente en la postmenopausia, cuando el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta. El magnesio actúa como un protector del corazón, reduciendo el riesgo de hipertensión y mejorando la circulación sanguínea, lo que contribuye a la salud cardíaca general. Además, su capacidad para reducir la inflamación sistémica ayuda a prevenir la arteriosclerosis y otros trastornos relacionados con el envejecimiento.
Para la salud mental y emocional, el magnesio también desempeña un papel clave en la regulación del estado de ánimo y la reducción del estrés. Este mineral modula los receptores de NMDA, implicados en la excitabilidad neuronal, y regula la producción de GABA, un neurotransmisor que promueve la relajación. Debido a su influencia en el sistema nervioso central, el magnesio puede ser eficaz en la reducción de la ansiedad, el estrés y los trastornos del sueño, tres problemas que afectan a muchas mujeres en diferentes etapas de la vida. La deficiencia de magnesio ha sido vinculada con un mayor riesgo de depresión y fatiga crónica, lo que subraya su importancia en el bienestar emocional.
El magnesio también es vital durante el embarazo. Las mujeres embarazadas necesitan mayores cantidades de este mineral, ya que desempeña un papel crucial en el desarrollo del feto y en la prevención de complicaciones como la preeclampsia, que puede causar presión arterial alta y daño a los órganos. Además, el magnesio ayuda a prevenir los calambres musculares y las contracciones uterinas prematuras, contribuyendo a un embarazo más saludable y cómodo. Asimismo, durante la lactancia, el magnesio sigue siendo fundamental para la producción de leche materna y para mantener la salud ósea tanto de la madre como del bebé.
Finalmente, el magnesio tiene efectos positivos sobre el metabolismo energético. Este mineral está implicado en la producción de ATP, la principal fuente de energía celular, lo que lo convierte en un aliado para combatir la fatiga y aumentar la vitalidad física y mental. Para las mujeres, que a menudo enfrentan demandas físicas y emocionales adicionales debido a los cambios hormonales y las responsabilidades diarias, el magnesio puede ser una herramienta eficaz para mejorar la energía y reducir el agotamiento.
Zinc
El zinc es un mineral traza fundamental para la salud femenina, implicado en múltiples procesos biológicos que van desde la función inmunológica y la reparación celular hasta el equilibrio hormonal y la salud reproductiva. Aunque el cuerpo solo necesita pequeñas cantidades de zinc, su impacto es profundo, ya que participa en más de 300 reacciones enzimáticas, lo que lo convierte en un nutriente clave para el bienestar integral de la mujer en todas las etapas de su vida, desde la pubertad hasta la menopausia.
Uno de los roles más importantes del zinc es su función en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Este mineral es esencial para el desarrollo y la función de las células inmunitarias, especialmente los linfocitos T, que son cruciales para combatir infecciones y enfermedades. En las mujeres, el zinc puede ser particularmente beneficioso durante épocas de mayor susceptibilidad a infecciones, como el embarazo o los períodos de estrés. Además, el zinc tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres, reduciendo la inflamación crónica y apoyando la prevención de enfermedades degenerativas.
El zinc también es clave para la salud de la piel, el cabello y las uñas, lo que lo convierte en un nutriente esencial para la belleza natural de la mujer. Este mineral desempeña un papel crucial en la síntesis de colágeno, una proteína que mantiene la piel firme, elástica y joven. También ayuda en la curación de heridas, la regeneración celular y la reducción de la inflamación, lo que lo hace útil en el tratamiento del acné, una afección común entre mujeres jóvenes debido a los cambios hormonales. Además, el zinc contribuye al fortalecimiento del cabello y las uñas, ayudando a prevenir la caída del cabello y la fragilidad de las uñas, problemas que muchas mujeres experimentan debido al estrés, el envejecimiento o desequilibrios nutricionales.
En el contexto de la salud reproductiva, el zinc es un elemento crucial para el equilibrio hormonal y la fertilidad. Este mineral está directamente implicado en la producción y regulación de hormonas clave, como el estrógeno y la progesterona, que son fundamentales para el ciclo menstrual. Un nivel adecuado de zinc puede ayudar a regular los ciclos menstruales, reducir los síntomas del síndrome premenstrual (SPM) y apoyar la salud del sistema reproductivo en general. Durante el embarazo, el zinc es esencial para el desarrollo del feto, ya que promueve el crecimiento celular y la síntesis de ADN. Además, este mineral es fundamental para el desarrollo adecuado del sistema inmunológico y neurológico del bebé, lo que lo convierte en un nutriente crítico para las mujeres embarazadas y lactantes.
El zinc también desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud ósea, lo que es especialmente importante para las mujeres, que enfrentan un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis a medida que envejecen. Este mineral ayuda en la formación y mineralización de los huesos, colaborando con otros nutrientes esenciales como el calcio y el magnesio para mantener la densidad ósea y prevenir la fragilidad ósea. Durante la menopausia, cuando los niveles hormonales fluctúan y el riesgo de pérdida ósea aumenta, el zinc puede ser un aliado importante para proteger la salud ósea y reducir el riesgo de fracturas.
En términos de salud mental, el zinc también es relevante. Se ha demostrado que este mineral tiene un impacto en el estado de ánimo y la función cognitiva. Niveles bajos de zinc se han asociado con un mayor riesgo de depresión y ansiedad, dos problemas que afectan a muchas mujeres, especialmente durante etapas de cambios hormonales, como el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia. El zinc contribuye a la producción de neurotransmisores, como la serotonina, que son esenciales para la regulación del estado de ánimo y la respuesta al estrés. De esta manera, mantener niveles adecuados de zinc puede ayudar a mejorar el bienestar emocional y reducir el impacto del estrés y la fatiga mental.
Además, el zinc es un componente esencial para la función cognitiva. Este mineral está involucrado en la comunicación entre las neuronas y la protección del cerebro contra el daño oxidativo. En mujeres, mantener un nivel adecuado de zinc puede apoyar la memoria, la concentración y la agudeza mental, factores importantes para el bienestar y la productividad diaria.
El zinc también es importante para el metabolismo y la gestión del peso corporal, ya que participa en la regulación del apetito y la producción de energía. En mujeres que experimentan fluctuaciones en el peso debido a cambios hormonales o metabólicos, el zinc puede ayudar a regular el metabolismo, promover la quema de grasas y prevenir la acumulación de exceso de grasa corporal. Además, su influencia sobre la insulina lo convierte en un nutriente útil para mantener los niveles de glucosa en sangre equilibrados, lo que es especialmente importante en la prevención de condiciones como la resistencia a la insulina o el síndrome de ovario poliquístico (SOP).
Ingredientes y beneficios del Fem Plus
Como tomarlo
Plan cuidarte: Unos a dos sobres por día
Si tienes problemas relacionados con el enfoque de apoyo nutricional del Femplus tomar 3 sobres diarios. Para mas información revisar plan nutricional para la mujer y solicita allí si es necesario alguna experiencia relacionada con su caso por asesoría.
Compra por llamada o en linea.
**Omnilife OML es una empresa de nutrición avanzada, regístrate como cliente para comprar directamente en la tienda OML.
Solicitud de información