Nutrición ESTOP

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Suplemento dietético enfocado en la nutrición de la función del organismo para equilibrio natural de colesterol, contiene nutrientes que aportan significativamente a este balance como: cera de caña, extracto de coco, fitoesteroles, almendra en polvo, niacina, vitamina E, aislado de proteína de soya y lecitina de soya. Esta endulzado con estevia y fruto del monje

Uno de los mecanismos más destacados de esta mezcla es el policosanol de la cera de caña con su capacidad para inhibir la síntesis hepática de colesterol a través de la modulación de la actividad de la enzima HMG-CoA.

El policosanol, derivado de la cera de caña de azúcar, disminuye el colesterol LDL (“malo”), mientras que el extracto de coco eleva el HDL (“bueno”) y contiene antioxidantes que previenen la oxidación del LDL. Los fitoesteroles, similares al colesterol, también reducen los niveles de LDL. Las almendras, ricas en ácidos grasos monoinsaturados, contribuyen a bajar el colesterol total. Además, vitaminas como la niacina y la vitamina E, junto con el aislado de proteína y la lecitina de soya, apoyan el equilibrio lipídico, reforzando un enfoque nutricional al suplemento, para la función natural del organismo.

Para información mas detallada revisa abajo el apartado de propiedades y beneficios del ESTOP

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Propiedades y beneficios del ESTOP

Beneficios de cada componente y colesterol
Cera de caña y colesterol

El extracto de cera de caña de azúcar, también conocido como policosanol, ha ganado reconocimiento por sus efectos positivos en la regulación de los niveles de colesterol, ofreciendo una alternativa natural a las terapias tradicionales para el manejo de lípidos. Este compuesto, derivado de la cera de la caña de azúcar, está compuesto principalmente por una mezcla de alcoholes alifáticos de cadena larga, como el octacosanol, que han demostrado ser efectivos en la modulación del metabolismo del colesterol. Uno de los mecanismos más destacados del policosanol es su capacidad para inhibir la síntesis hepática de colesterol a través de la modulación de la actividad de la enzima HMG-CoA reductasa, un proceso similar al de las estatinas, pero sin los efectos secundarios comúnmente asociados con estos fármacos.

Además de reducir los niveles de colesterol total y LDL (lipoproteínas de baja densidad), conocidos como "colesterol malo", el extracto de cera de caña también promueve un aumento en las concentraciones de HDL (lipoproteínas de alta densidad), el "colesterol bueno", lo cual es crucial para la prevención de enfermedades cardiovasculares. El policosanol actúa también como un antioxidante, protegiendo a las lipoproteínas de la oxidación, un factor clave en la formación de placas ateroscleróticas en las arterias.

Estudios clínicos han mostrado que la suplementación con policosanol puede mejorar el perfil lipídico de manera segura y eficaz, y en algunos casos, puede reducir la agregación plaquetaria, lo que contribuye a una mejor salud cardiovascular general. Sin embargo, aunque los resultados son prometedores, es importante considerar que la respuesta a este suplemento puede variar entre individuos, y la calidad del extracto de cera de caña puede influir en su eficacia. Por lo tanto, la inclusión del policosanol en un régimen de manejo del colesterol debe ser acompañada de un enfoque integral que incluya dieta, ejercicio y, cuando sea necesario, la orientación de un profesional de la salud.

Extracto de coco y colesterol

El extracto de coco, particularmente en forma de aceite de coco virgen, ha sido objeto de considerable investigación por su impacto en el perfil lipídico y la salud cardiovascular. A diferencia de las grasas saturadas tradicionales, el aceite de coco se compone principalmente de triglicéridos de cadena media (MCTs), que son metabolizados de manera diferente en el cuerpo, siendo rápidamente absorbidos y utilizados como fuente de energía en lugar de almacenarse como grasa. Este proceso único de metabolización ha llevado a la hipótesis de que el extracto de coco podría tener un efecto neutral o incluso beneficioso en los niveles de colesterol.

Algunos estudios sugieren que el consumo de aceite de coco virgen puede aumentar los niveles de HDL (colesterol "bueno"), lo cual es beneficioso para la salud cardiovascular, ya que el HDL ayuda a transportar el colesterol de las arterias al hígado para su excreción. Además, el extracto de coco contiene antioxidantes como los polifenoles, que pueden reducir la oxidación del LDL (colesterol "malo"), un proceso que es crítico en la prevención de la aterosclerosis, la formación de placas en las arterias que puede llevar a enfermedades cardíacas.

Sin embargo, el efecto del extracto de coco sobre los niveles de LDL es más controvertido. Algunos estudios han encontrado que puede elevar el LDL, aunque el impacto puede depender de la cantidad consumida y del contexto dietético general. Es esencial evaluar su inclusión en la dieta como parte de un enfoque holístico, que tome en cuenta la cantidad, la calidad del aceite, y el estado de salud individual para maximizar sus beneficios y mitigar posibles riesgos.

Fitoesteroles y colesterol

Los fitoesteroles son compuestos vegetales que estructuralmente se asemejan al colesterol y juegan un papel crucial en la regulación del perfil lipídico, especialmente en la reducción de los niveles de colesterol LDL, conocido como el "colesterol malo". Estos compuestos, que se encuentran naturalmente en alimentos como nueces, semillas, aceites vegetales y cereales integrales, actúan bloqueando la absorción de colesterol en el intestino delgado. Al competir con el colesterol dietético y el colesterol endógeno por los sitios de absorción en las micelas intestinales, los fitoesteroles reducen la cantidad de colesterol que ingresa al torrente sanguíneo, lo que resulta en una disminución significativa de los niveles de LDL plasmático.

Estudios clínicos han demostrado que una ingesta diaria de 2 a 3 gramos de fitoesteroles puede reducir los niveles de LDL en un 8-15%, un efecto comparable al de algunos tratamientos farmacológicos. A diferencia de las estatinas, que inhiben la síntesis de colesterol en el hígado, los fitoesteroles operan en el intestino, lo que los convierte en una opción complementaria eficaz para el manejo del colesterol, especialmente para personas que buscan enfoques naturales o que son intolerantes a las estatinas.

Además, los fitoesteroles tienen la ventaja de no afectar negativamente los niveles de HDL (colesterol "bueno") ni los triglicéridos, lo que refuerza su perfil de seguridad y eficacia en la prevención de enfermedades cardiovasculares. La integración de fitoesteroles en la dieta, a través de alimentos fortificados o suplementos específicos, representa una estrategia prometedora en la intervención dietética para la reducción del riesgo cardiovascular, ofreciendo una solución basada en la nutrición para el manejo de lípidos plasmáticos.

Sin embargo, es importante considerar que el efecto de los fitoesteroles puede variar según la genética individual, el estado de salud y la composición dietética general.

Almendra en polvo y colesterol

La almendra en polvo, obtenida al moler finamente almendras crudas, es una fuente rica en nutrientes con un perfil particularmente beneficioso para la salud cardiovascular, incluyendo la regulación del colesterol. Las almendras son naturalmente altas en ácidos grasos monoinsaturados, los mismos tipos de grasas saludables presentes en el aceite de oliva, que se han asociado con una reducción significativa en los niveles de colesterol LDL ("malo") sin disminuir los niveles de HDL ("bueno"). Este equilibrio es crucial, ya que el LDL elevado es un factor de riesgo importante para la aterosclerosis y las enfermedades cardíacas.

Además de su contenido en grasas saludables, la almendra en polvo es rica en fibra dietética, que también juega un papel clave en la modulación del colesterol. La fibra soluble, presente en las almendras, puede unirse al colesterol en el intestino y ayudar a excretarlo del cuerpo, lo que contribuye a la reducción del colesterol total y LDL. Esta acción combinada de ácidos grasos monoinsaturados y fibra hace que la almendra en polvo sea un ingrediente poderoso en la gestión del perfil lipídico.

Otro componente importante de la almendra en polvo es la vitamina E, un antioxidante potente que protege a las lipoproteínas de baja densidad (LDL) de la oxidación. La oxidación del LDL es un proceso crítico en la formación de placas ateroscleróticas, que pueden llevar al endurecimiento y estrechamiento de las arterias. Al reducir la oxidación del LDL, la vitamina E presente en las almendras puede ayudar a prevenir la progresión de la aterosclerosis.

Niacina y colesterol

La niacina, también conocida como vitamina B3, es un nutriente esencial que ha sido ampliamente estudiado por su capacidad para influir en el perfil lipídico, ofreciendo beneficios notables en la gestión del colesterol. Una de las propiedades más destacadas de la niacina es su capacidad para aumentar significativamente los niveles de HDL (colesterol "bueno"), lo cual es crucial para la protección cardiovascular, ya que el HDL ayuda a eliminar el colesterol de las arterias y lo transporta al hígado para su excreción. Este efecto de elevación del HDL es más pronunciado con la niacina que con la mayoría de los otros agentes hipolipemiantes.

Además de aumentar el HDL, la niacina también reduce los niveles de LDL (colesterol "malo") y triglicéridos, actuando a través de la inhibición de la lipólisis en el tejido adiposo, lo que reduce la disponibilidad de ácidos grasos libres para la síntesis de triglicéridos en el hígado. Este proceso no solo disminuye la producción de LDL, sino que también reduce las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), precursores del LDL, mejorando así el perfil lipídico general.

La niacina ha demostrado ser eficaz en la reducción de la aterogenicidad de las partículas de LDL, no solo disminuyendo su número, sino también aumentando el tamaño de las partículas, lo que reduce su capacidad de penetrar las paredes arteriales y formar placas ateroscleróticas. Este conjunto de efectos hace de la niacina un componente valioso en la terapia combinada para la dislipidemia, especialmente en pacientes con alto riesgo cardiovascular.

Sin embargo, la niacina no está exenta de efectos secundarios, siendo el más común el enrojecimiento o "flushing", que resulta de la vasodilatación inducida por la liberación de prostaglandinas. Aunque este efecto es molesto, puede ser mitigado con el uso de niacina de liberación prolongada o mediante la administración concomitante de aspirina. A pesar de estos inconvenientes, la niacina sigue siendo una opción terapéutica potente, particularmente en pacientes que no responden adecuadamente a otros tratamientos o que necesitan un enfoque más integral para la gestión de su perfil lipídico.

Vitamina E y colesterol

La vitamina E, un potente antioxidante liposoluble, desempeña un papel crucial en la protección del colesterol LDL ("malo") contra la oxidación, un proceso clave en el desarrollo de la aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares. La oxidación del LDL es el primer paso en la formación de placas ateroscleróticas en las arterias, que puede llevar al endurecimiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. Al neutralizar los radicales libres, la vitamina E previene la modificación oxidativa del LDL, manteniéndolo en una forma menos aterogénica.

Además, la vitamina E puede mejorar la función endotelial, es decir, el desempeño de la capa interna de los vasos sanguíneos, lo cual es vital para la regulación del tono vascular y la prevención de la agregación plaquetaria y la inflamación, factores que contribuyen a la formación de coágulos sanguíneos y la progresión de la aterosclerosis. También se ha sugerido que la vitamina E podría influir en la expresión de genes relacionados con la inflamación y la oxidación, reforzando su papel protector en la salud cardiovascular.

Aunque la vitamina E no reduce directamente los niveles de colesterol LDL, su capacidad para prevenir la oxidación de estas partículas y mejorar la salud vascular la convierte en un componente valioso de una estrategia integral para la protección cardiovascular. Sin embargo, su suplementación debe ser considerada cuidadosamente, ya que dosis elevadas de vitamina E pueden tener efectos adversos y deben ser balanceadas con otros antioxidantes y nutrientes clave en la dieta para maximizar su eficacia y seguridad en la protección del corazón.

Estevia y fruto del monje

La estevia (Stevia rebaudiana) y el fruto del monje (Siraitia grosvenorii), ambos edulcorantes naturales, se han ganado un lugar prominente como alternativas al azúcar en la dieta moderna, especialmente en el contexto de la gestión del peso y el control glucémico.

La estevia, derivada de las hojas de la planta, contiene glucósidos de esteviol, compuestos que son entre 50 y 300 veces más dulces que el azúcar pero que no afectan los niveles de glucosa en sangre, lo que la hace ideal para personas con diabetes o quienes buscan reducir su ingesta calórica. Por otro lado, el fruto del monje contiene mogrósidos, un tipo de glucósido que proporciona una dulzura intensa sin calorías ni carbohidratos, y además posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Aislado de proteína de soya y colesterol

El aislado de proteína de soya, una forma altamente purificada de proteína extraída de los granos de soya, ha ganado reconocimiento no solo por su perfil completo de aminoácidos, sino también por sus efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular, particularmente en la regulación del colesterol. Esta proteína vegetal es rica en compuestos bioactivos, como isoflavonas y péptidos específicos, que han demostrado tener efectos hipocolesterolémicos. Las isoflavonas, en particular, actúan a través de múltiples mecanismos, incluyendo la reducción de la absorción de colesterol en el intestino y la modulación de los receptores hepáticos de LDL, lo que resulta en una disminución de los niveles de colesterol LDL en la sangre.

Además, el consumo regular de aislado de proteína de soya se ha asociado con un aumento en la síntesis de ácidos biliares a partir de colesterol, lo que reduce la concentración de colesterol en el plasma. Este proceso no solo mejora el perfil lipídico, sino que también puede contribuir a la prevención de la aterosclerosis, ya que niveles más bajos de LDL reducen el riesgo de formación de placas en las arterias. Por otro lado, la proteína de soya también puede mejorar la función endotelial, lo que significa que puede ayudar a mantener la flexibilidad y el buen estado de las arterias, factores cruciales para la salud cardiovascular.

Además de sus efectos directos sobre el colesterol, el aislado de proteína de soya tiene un impacto favorable en la inflamación y el estrés oxidativo, ambos de los cuales están estrechamente relacionados con las enfermedades cardíacas.

Lecitina de soya y colesterol

La lecitina de soya, un fosfolípido natural derivado de los granos de soya, es ampliamente reconocida por su capacidad para influir positivamente en los niveles de colesterol y mejorar la salud cardiovascular. Este compuesto, que es una fuente rica en fosfatidilcolina, tiene la propiedad única de emulsificar las grasas, lo que facilita su transporte y metabolismo en el cuerpo. En el contexto del colesterol, la lecitina de soya promueve la solubilización de las lipoproteínas en el torrente sanguíneo, lo que ayuda a prevenir la acumulación de colesterol en las arterias.

Uno de los mecanismos clave a través de los cuales la lecitina de soya beneficia el perfil lipídico es su capacidad para aumentar la secreción de bilis en el hígado. La bilis es esencial para la emulsificación y eliminación del colesterol, y al estimular su producción, la lecitina de soya contribuye a la reducción de los niveles de colesterol LDL ("malo") en la sangre. Además, la lecitina puede mejorar la relación entre el colesterol HDL ("bueno") y LDL, favoreciendo un perfil lipídico más saludable y reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Además de su efecto hipolipemiante, la lecitina de soya también tiene propiedades antioxidantes que protegen las lipoproteínas contra la oxidación, un proceso que convierte al colesterol LDL en una forma más dañina que contribuye a la formación de placas ateroscleróticas. Al prevenir esta oxidación, la lecitina de soya ayuda a mantener la integridad de las arterias y a reducir el riesgo de aterosclerosis.

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